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Tres parábolas

"Había una vez un tendero que tenía un videoclub. Un buen día leyó en un períodico local que un grupo de gente entraba por las noches a ver películas en su establecimiento. Resulta que en la trastienda existía un pequeño agujero por el que con algo de esfuerzo cabía una persona adulta, relataba el rotativo.
Para acabar con esta práctica el tendero fue al períodico, dió cuatro voces, un par de golpes en la mesa y el director prometió no volver a hablar del agujero para no dar pistas a los intrusos y de paso escribir una nota de disculpa.
Como consecuencia de esto lo que antese era un grupo de cinco personas se convirtió en cine fórums de veinte o más, noche tras noche..."


"Había una vez un tendero que tenía un videoclub. Un buen día leyó en un períodico local que un grupo de gente entraba por las noches a ver películas en su establecimiento. Resulta que en la trastienda existía un pequeño agujero por el que con algo de esfuerzo cabía una persona adulta, relataba el rotativo.
Para acabar con esta práctica el tendero fue al períodico, dió cuatro voces y un par de golpes en la mesa, pero el director no se dió por enterado. Al día siguiente siguió informando sobre el agujero, así como otros períodicos, varias radios y la hoja parroquial.
El tendero se puso hecho una furia por este despliegue informativo sobre el dichoso agujero y al día siguiente se armó con su cayado y fue visitando uno a uno todos los medios de información del pueblo "convenciendo" a sus directores de que dejaran de hablar del tema.
El tendero se convirtió en un tipo bastante odiado en el pueblo y por supuesto un grupo de al menos cinco personas seguía frecuentando con nocturnidad y alevosía el videoclub..."


"Había una vez un tendero que tenía un videoclub. Un buen día leyó en un períodico local que un grupo de gente entraba por las noches a ver películas en su establecimiento. Resulta que en la trastienda existía un pequeño agujero por el que con algo de esfuerzo cabía una persona adulta, relataba el rotativo.
Para acabar con esta práctica el tendero fue a comprar ladrillos y cemento y cerró el agujero. Al día siguiente apareció la noticia en el períodico."


Las parábolas no son una traducción exacta de los hechos pero resumen el espíritu de los mismos.

En los telediarios se nos enseña como hacer bombas, morteros, explosivos varios... como hacer arder un monte sin estar allí... cometer crímenes sin dejar huellas... todo tipo de fraudes, timos y demás engaños con tarjetas de crédito... y un largo etcétera. Todo ello resguardado por el derecho a la información (art. 20 de la Constitución Española)

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